¿Quiere ahorrar dinero, reducir el desperdicio de alimentos y disfrutar de unas recetas sorprendentemente deliciosas? Has llegado al lugar adecuado: ¡sólo tienes que guardar tus restos de comida! Según
Alimentando a América
, 108
mil millones
libras de alimentos se desperdician en Estados Unidos. Eso supone 130.000 millones de comidas y más de 408.000 millones de dólares en alimentos desechados. De hecho, casi el 40% de toda la comida en Estados Unidos se desperdicia, vaya. Por desgracia, hay muchos factores que contribuyen al desperdicio de alimentos, como los alimentos no consumidos y desechados (en los hogares, las tiendas y los restaurantes), los problemas en la cadena de suministro y los “productos imperfectos” con imperfecciones físicas, como un color o una forma extraños (aunque sean igualmente nutritivos y seguros de comer).
¿La buena noticia? Puedes apoyar el medio ambiente y hacer elecciones alimentarias sostenibles simplemente guardando tus restos de comida y convirtiéndolos en recetas saludables. Desde el café de semillas de dátiles y el tocino de cáscara de plátano hasta el pudín de aquafaba y la mermelada de cáscara de sandía, estas sabrosas recetas de restos de comida te dejarán boquiabierto (y a tu paladar). ¿Listo para cocinar en verde? Siga leyendo para saber todo lo que necesita saber.
17 maneras de convertir los restos de comida en recetas saludables
#1 Moler las semillas de dátil en una bebida parecida al café
Si el café te pone nervioso, tenemos la alternativa sostenible perfecta: ¡el café de semillas de dátiles! Tal como suena, esta alternativa al café sin cafeína está hecha nada menos que con semillas de dátiles molidas. Además de ser delicioso y nutritivo (una rica fuente de antioxidantes y minerales como el magnesio, el calcio, el hierro, el zinc y el potasio), convertir las semillas de dátiles que te sobran en café es una deliciosa forma de reducir el desperdicio de alimentos. Así que, si estás comiendo jugosos dátiles Medjool o los usas en tu receta favorita, recuerda guardar las semillas.
He aquí cómo convertir los dátiles que te sobran en una bebida parecida al café:
Paso 1: Reúna las semillas de dátiles que le hayan sobrado, utilizando al menos 12-15 semillas. (Si están pegajosos, puede ser necesario remojarlos y secarlos durante 24 horas antes de asarlos). A continuación, ase las semillas de dátiles durante 30-45 minutos a 350ºF en una bandeja forrada con papel pergamino.
Paso #2: Una vez que se hayan enfriado, triturarlas hasta convertirlas en un polvo fino con un molinillo de café o de especias.
Paso 3: ¡Prepara tu bebida de café! Utilice su polvo de semillas de dátiles como si fuera café molido, preparándolo con una prensa francesa o con un vertido. Añada su leche o crema no láctea favorita, un toque de dulzura (¿un jarabe de dátiles, quizás?) y una pizca de canela. Sirve y disfruta.
#2 Convierte las sobras de agua de garbanzos en mousse de chocolate
Esta mousse vegana de chocolate de cuatro ingredientes se elabora con los restos de un ingrediente sorprendente: el agua de garbanzos sobrante. También conocido como aquafaba, el agua sobrante de los garbanzos puede batirse hasta formar una espuma cremosa y utilizarse en lugar de los huevos para recetas como nata montada, pudding, merengues e incluso mayonesa. Tiene una consistencia ligera y cremosa, y no, ¡no sabe a judías! Si vas a hacer hummus o garbanzos asados, ¡guarda esa agua!
Para hacer esta receta necesitarás
- 1 taza de aquafaba (la cantidad de agua de garbanzos de una lata de 14 onzas de garbanzos)
- ¾ – 1 taza de pepitas de chocolate sin leche (como Enjoy Life o Eating Evolved)
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1-2 cucharadas de jarabe de arce
Direcciones:
Paso 1: Añada el aquafaba, el zumo de limón y el jarabe de arce a un bol grande. Con una batidora de mano o de pie, batir la mezcla durante 5-10 minutos hasta que se formen picos duros. Es necesario que esté firme, no hay que preocuparse por batirlo demasiado.
Paso #2: Derretir los trozos de chocolate y añadirlos lentamente mientras se forma la mezcla de aquafaba
Paso 3: Una vez mezclada, repartir la mousse en 3-4 tazas individuales y ponerla en la nevera durante 4-5 horas o toda la noche. Una vez que esté firme, ¡sírvelo y disfrútalo!
#3 Utiliza los restos de fresas para hacer un vinagre de fresas DIY
Una taza de fresas frescas te cargará de antioxidantes, fibra y una dosis diaria de vitamina C (
en realidad, más de lo que necesita diariamente de vitamina C
). Son un gran tentempié independiente, un complemento para el batido o un complemento para el bol de desayuno. Pero no te apresures a tirar la parte superior de las fresas (o la parte superior de cualquier baya, en realidad). Según
investigación
La fresa es rica en antioxidantes, vitamina C, hierro, calcio y propiedades antimicrobianas.
Y tú quieres todos esos nutrientes buenos para ti, ¿no? Pruebe a mezclarlas en una vinagreta de fresas. Sencillo de hacer y una forma fácil de reducir el desperdicio de alimentos. Añada 1 taza de tapas de fresa (con algo de pulpa de fresa intacta) en 3 tazas de vinagre de vino blanco. Déjelo reposar durante dos días, luego deseche las tapas de las fresas y utilícelo como si fuera vinagre. Hágalo en un aderezo para ensaladas, añádalo a una salsa o utilícelo como adobo.
#4 Guarda la pulpa sobrante de la leche de nueces o semillas y conviértela en granola
Además de ser ultra cremosa y deliciosa,
la leche de nueces casera
es una forma fácil de evitar ingredientes furtivos como los azúcares y aceites añadidos. Pero la leche no es la única receta de la que te puedes beneficiar: ¡la pulpa de la leche de frutos secos también es aprovechable! Y es una deliciosa base para la granola casera.
Para hacer granola casera con la pulpa sobrante de la leche de nueces, necesitarás
- 1 taza (más o menos) de pulpa de leche de nueces sobrante
- ½ – 1 taza de frutos secos de su elección, picados (las pacanas, las almendras o las nueces funcionan mejor)
- ½ taza de semillas mixtas a elección (como calabaza, girasol o lino)
- ½ – 1 taza de copos de coco, sin endulzar
- ¼ de taza de miel o jarabe de arce
- 2 cucharadas de aceite de coco derretido
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Canela (opcional)
- Sal marina (opcional)
Direcciones:
Paso #1: Precalentar el horno a 350 grados F y forrar una bandeja para hornear con papel pergamino
Paso #2: Añade todos los ingredientes anteriores a un bol y mézclalos hasta que estén bien combinados.
Paso 3: Repartir uniformemente la mezcla en la bandeja del horno y hornear durante 20-25 minutos, removiendo a mitad de camino. Una vez doradas, sacarlas del horno para que se enfríen. Sirve y disfruta.
#5 Convierte las cáscaras de plátano sobrantes en “bacon”
Si creías que las cáscaras de plátano no eran comestibles, ¡piénsalo otra vez! Cuando se marinan (con salsa de soja o aminos de coco, sirope de arce, aceite de oliva y especias como el pimentón y el ajo), las cáscaras de plátano se fríen hasta alcanzar la perfección del bacon. Pero, querrás asegurarte de que utilizas plátanos orgánicos y las cáscaras correctas – el truco es elegir cáscaras que estén maduras y con manchas (una manera perfecta de reducir el desperdicio de alimentos si estás haciendo pan de plátano).
Para hacer tocino de cáscara de plátano, todo lo que tienes que hacer es raspar el interior de las cáscaras de plátano para eliminar la pulpa de la fruta del plátano. A continuación, deberá marinarlos en la salsa de su elección (vea nuestra receta más abajo) durante 10-15 minutos. Para terminar, fríelos en una sartén engrasada durante 2 o 3 minutos por cada lado, y ya tienes un crujiente bacon vegano hecho con restos de cáscaras de plátano. Confíe en nosotros: le sorprenderá el sabor, el gusto y la textura. Yum.
Para una marinada sencilla, pruebe a mezclar 2 cucharadas de aminos de coco, 1 cucharadita de aceite de aguacate y jarabe de arce, y ¼ de cucharadita de ajo y pimentón. Pruebe el sabor y ajústelo según sea necesario.
#6 Hornea la pulpa de leche de nueces sobrante en galletas sin grano
Si te gusta hacer leche de frutos secos casera, te damos otra razón para no tirar la pulpa que te sobra con estas galletas sin grano de fácil preparación. Aparte de la pulpa de leche de nueces que te haya sobrado, sólo necesitarás aceite de oliva y un puñado de especias, ¡así de sencillo!
A continuación te explicamos cómo hacer galletas de fácil preparación:
Paso 1: Para empezar, precaliente el horno a 350 grados F. A continuación, combine la pulpa de leche de nueces que le haya sobrado (aproximadamente ¾ de taza) en un bol con 2 cucharadas de aceite de oliva y una pizca de especias frescas o secas de su elección (como perejil picado, pimienta negra, sal marina o ajo). Mezclar hasta que la mezcla esté bien combinada hasta que se forme una masa.
Paso 2: Forre una bandeja para hornear con papel pergamino y coloque la masa encima. Cubra con otro trozo de papel de pergamino para extenderlo, y luego extienda su mezcla de masa en el molde con un grosor de ⅛ pulgadas (puede amasar con las manos o con un rodillo). Una vez uniforme, retire la capa superior.
Paso 3: Con un cuchillo de mantequilla, marque la masa en cuadrados del tamaño de una galleta. Luego, con un tenedor, haz agujeros en cada cuadrado.
Paso 4: Hornear la masa durante 15 minutos hasta que esté dorada. Retirar del horno, y dar la vuelta a cada galleta con cuidado para asegurar una cocción uniforme. Vuelva a introducirlo en el horno y hornéelo durante 15 minutos más.
Paso 5: Una vez que las galletas estén doradas por completo, sáquelas del horno y déjelas enfriar. Disfrútelo inmediatamente o guárdelo en un recipiente hermético.
#7 Convierte los tallos de brócoli o coliflor en “patatas fritas” vegetales
¿No sabes qué hacer con los tallos de brócoli o coliflor que te han sobrado? Conviértelos en patatas fritas vegetarianas. Son bajas en calorías y carbohidratos y están cargadas de fibra. Además, cuando se hornean, tienen una textura y un sabor similares a los de las patatas fritas tradicionales.
Para transformar los tallos sobrantes de las verduras en patatas fritas, empieza por pelar la capa exterior dura con una peladora de verduras. A continuación, corte cada tallo a lo largo en trozos del tamaño de una patata frita. Mezcle con aceite de oliva y especias de su elección para cubrir, y luego hornee durante 15-20 minutos a 400 grados F.
#8 Mezcla las cáscaras de sandía sobrantes para hacer mermelada
¿Sabías que la corteza de tu deliciosa y jugosa sandía es totalmente comestible? Así es, reduce el desperdicio de alimentos y aprovecha esta deliciosa fruta de verano. Tiene un alto contenido en nutrientes como la fibra y las vitaminas B y C. Además, hace una mermelada sorprendentemente deliciosa.
Ingredientes:
- 4 tazas de corteza de sandía (con algo de fruta de sandía adherida), bien lavada y cortada en trozos de 1 pulgada
- ¾ de taza de miel cruda o jarabe de arce
- 1 taza de bayas frescas (las fresas funcionan bien aquí)
- 1 limón, recién exprimido
Direcciones:
Paso 1: Añade las cáscaras de sandía en rodajas, las bayas, el zumo de limón y el edulcorante a una olla grande. Cocinar a fuego medio hasta que la mezcla llegue a hervir, luego reducir a fuego lento, removiendo continuamente. Cocer a fuego lento hasta que las cortezas se hayan ablandado por completo, aproximadamente una hora.
Paso 2: Una vez cocido, añada la mezcla a una batidora de alta velocidad o a un procesador de alimentos. Mezclar hasta que esté suave. Pruebe el sabor y ajuste los ingredientes según sea necesario.
Paso 3: Verter en un tarro hermético y guardar en la nevera. Utilícelo en lugar de la mermelada tradicional, añadiéndolo a las tostadas o a los cuencos de yogur. Disfruta.
#9 Hornea las cáscaras de las frutas o verduras en forma de chips
No tires los restos de las cáscaras de las frutas y verduras por el desagüe. Con un poco de conocimiento, puedes convertirlas en unas nutritivas y crujientes patatas fritas. La capa exterior de las frutas y verduras -como las cáscaras de las manzanas y las pieles de las patatas- contienen en realidad una gran cantidad de nutrientes (como fibra, hierro, vitamina C y vitaminas del grupo B).
Todo lo que tienes que hacer es rociar las cáscaras y las pieles con un poco de aceite de aguacate y las especias que prefieras (como canela, levadura nutricional o ajo en polvo, dependiendo de si quieres algo dulce o salado), y hornearlas en la freidora de aire o en el horno a 400 grados F hasta que estén crujientes. Tan simple, tan delicioso.
#10 Semillas de frutas y verduras sobrantes para hornear
Si te sobran semillas de calabaza, calabacín o sandía, hornéalas para convertirlas en semillas crujientes llenas de proteínas. Además de una fuerte dosis de proteínas de origen vegetal, te beneficiarás de nutrientes como el magnesio y los Omega-3.
Paso 1: Para reutilizar las semillas de frutas y verduras sobrantes, empieza por enjuagarlas y secarlas con palmaditas. Una vez que se haya secado por completo, cubra ligeramente 1-2 tazas de semillas de su elección con las especias que desee. Para una mezcla dulce, utilice canela y una pizca de sal. Para un horneado salado, añada especias como el ajo, la sal y la levadura nutricional.
Paso 2: A continuación, reparte uniformemente las semillas en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino y hornea a 300 grados F durante 20-30 minutos. Para evitar que las semillas se quemen, deberás removerlas rápidamente cada 5-10 minutos. Una vez dorado, sacar del horno y dejar enfriar. Que lo disfrutes.
#11 Congelar hierbas marchitas en aceite, caldo o cubitos de hielo
Esas hierbas olvidadas y marchitas son el mejor truco para preparar las comidas: cubos de hierbas congelados. Además de reducir el desperdicio de alimentos, congelar las hierbas que están a punto de caducar es una forma rápida y sencilla de añadir más sabor a cualquier comida y reducir el tiempo en la cocina.
¿La mejor parte? Puedes ser muy creativo a la hora de congelar tus restos de comida. Pica las hierbas y llena una bandeja de cubitos de hielo hasta los ¾ de su capacidad. Completar con aceite, caldo o agua y congelar. Una vez congelado, guárdelo en un recipiente apto para el congelador y consérvelo hasta que lo necesite.
#12 Convierte las puntas de las zanahorias en pesto
Esas largas y verdes puntas de zanahoria están cargadas de vitamina C, fibra y potasio. Para reutilizarlas, échalas en tu receta de pesto favorita. Obtendrá un impulso de vitamina A, potasio y antioxidantes, ¡y ni siquiera los probará! Utiliza tu pesto como salsa para las verduras crudas o asadas, espárcelo por encima de tu pizza o úsalo como salsa para platos de pasta saludables.
#13 Guarda los restos de verduras para hacer un caldo o una sopa casera
Si te sobran verduras (incluidos los tallos y las hojas), guárdalas y utilízalas para hacer un caldo o un caldo casero y saludable. Tallos de brócoli, partes inferiores de coles de Bruselas, hojas de coliflor, partes superiores de zanahorias… ¡lo que sea! Simplemente guarde las sobras en una bolsa de almacenamiento apta para el congelador hasta que acumule suficientes para hacer un caldo casero. Incluso puedes guardar los huesos de ternera o pollo que te sobren para hacer un caldo de huesos casero.
Otras formas de reutilizar los residuos: ¡No hace falta receta!
#14 Congela el yogur sobrante para hacer batidos
¿Tienes restos de yogur (griego, de coco, de anacardo…) que están a punto de caducar? Congélalo en moldes de cubitos de hielo para utilizarlo más tarde. Echa los cubos de yogur en tu batido como espesante adicional o como alternativa baja en azúcar a la fruta congelada.
#15 Mezclar y congelar productos a punto de caducar
Espera: ¡no tires todavía esas bolsas de espinacas a punto de caducar! En su lugar, guarda los productos a punto de caducar congelándolos. Licúa bayas, espinacas, plátanos o manzanas maduras, e incluso los tallos de la col rizada o la parte superior de las fresas con agua, leche no láctea o agua de coco. A continuación, vierte la mezcla en cubos de batido y congela para su uso posterior. Piense en estos cubos para batidos como potenciadores de batidos premezclados. Echa uno o dos en tu batido para añadir nutrientes.
#16 Convierte un tarro casi vacío de mostaza en aderezo para la ensalada
Si tienes un bote de mostaza casi vacío, conviértelo en un delicioso aderezo para ensaladas. Todos sabemos que sacar los últimos trozos de mostaza es casi imposible, de todos modos. Así que, ¿por qué no ahorrarse las molestias y beneficiar al medio ambiente reduciendo los residuos de plástico y alimentos? Sólo hay que añadir un poco de aceite, vinagre, condimentos y un chorrito de miel o jarabe de arce. Agítalo y vuelve a meterlo en la nevera.
#17 Utiliza un tarro casi vacío de mantequilla de frutos secos para tu Overnight Oats o Pudding de semillas de chía
Si nunca has hecho tu avena de la noche a la mañana o tu pudín de semillas de chía utilizando un tarro casi vacío de mantequilla de frutos secos, te lo estás perdiendo. Para empezar, esta es una de las formas más sabrosas de aprovechar hasta la última gota de ese delicioso tarro de mantequilla de frutos secos. En segundo lugar, ahorrarás dinero y tiempo. Todos salimos ganando. Sólo tiene que preparar su receta como de costumbre, añadiendo los ingredientes directamente en el tarro. Agítelo, refrigérelo toda la noche y disfrútelo directamente del frasco.
Conviértase en un chef con cero residuos
Ser ecológico nunca ha sido tan fácil ni tan delicioso. Como puedes ver, es fácil transformar casi cualquier alimento en una receta sin residuos. Tanto si quieres una reconfortante bebida sin cafeína hecha con semillas de dátiles, un pesto verde repleto de nutrientes para tu pizza o un sencillo desayuno para preparar la comida directamente del tarro de PB, ¡te tenemos cubierto! Comparte estas deliciosas recetas con tus amigos y familiares y reparte un poco de amor delicioso y ecológico.