Tal vez algunos de ustedes ya hayan renunciado a ese propósito de Año Nuevo de hacer más ejercicio, perder peso y mejorar su salud. ¡Mira, sin juzgar! No intentamos centrarnos en el pasado, sólo nos centramos en avanzar.
Tal vez el problema sea que no has encontrado la manera de convertir el ejercicio en un hábito inquebrantable. Así que, para que tu mente, tu cuerpo y tu motivación estén sincronizados, aquí tienes diez maneras de hacer que el ejercicio sea una parte diaria y constante de tu vida.
10 formas sencillas de convertir el ejercicio en un hábito
#nº 1 Realiza sólo los ejercicios que realmente te gustan
¿Forzarte a correr cuando realmente odias correr? ¿Temes cada momento de sudor en el yoga caliente? Libérate de la carga de practicar ejercicios que no disfrutas. Con tantos tipos de entrenamientos a tu alcance, no hay necesidad de forzarte en los que no soportas.
El ejercicio debe ser un acto de amor propio; ¡no hay nada de amor en la auto-tortura! Experimenta con diferentes tipos de entrenamientos hasta que encuentres el que te convenza.
Puedes empezar por consultar algunas opciones como:
- HIIT
- Yoga
- Danza
- Entrenamiento de fuerza
#2 Implícate en una comunidad
Para convertir el ejercicio en un hábito, busca un grupo de personas que sean muy eficaces para culparte. Es una broma, pero es importante encontrar una comunidad de personas que puedan llevarte a través de los baches o las depresiones, y que te defiendan a través de las victorias y los éxitos.
Esto puede deberse a algo llamado efecto Köhler, que básicamente afirma que nadie quiere ser el eslabón más débil del grupo. Este estudio, por ejemplo, muestra que el 95% de las personas que iniciaron un programa de pérdida de peso con amigos lo completaron, y el 66% mantuvo su pérdida de peso. ¡Estamos aquí por esas probabilidades!
#3 Ponerlo por escrito
Según la Clínica Mayo, puede ser beneficioso y motivador escribir tus objetivos en un papel. Esto puede incluir objetivos como:
- Quiero perder 20 libras.
- Quiero tener más energía para jugar con mis hijos. Ej: pasar una hora jugando en el parque con tranquilidad.
- Quiero perder el 10% de mi grasa corporal.
- Quiero sentirme segura de llevar un traje de baño en la playa.
La Clínica Mayo también sugiere llevar un diario de ejercicio físico en el que se registren los entrenamientos y se haga un seguimiento de los progresos para poder ver de forma tangible todo lo que se ha conseguido. Además, puedes hacer una foto y presumir de ella a todos tus compañeros de gimnasio.
#4 Amontonar el ejercicio con otros hábitos
En su libro, Hábitos atómicos, James Clear habla de una práctica realmente útil para formar nuevos hábitos llamada “apilamiento de hábitos“, en la que apilas los comportamientos que quieres implementar con otras actividades que ya haces cada día.
Por ejemplo, si sabes que siempre ves el telediario de las 5:00, aprovecha ese momento para entrenar durante la programación o practica el ejercicio justo a las 6:00, cuando ya ha terminado.
También puedes combinar el ejercicio con otros hábitos más pequeños, como “después de quitarme los zapatos de la oficina (que debo hacer de todos modos), me pondré inmediatamente las zapatillas de correr”. Es sencillo y funciona.
#5 Mantener las cosas interesantes
Hacer los mismos entrenamientos todos los días puede resultar súper aburrido y monótono, lo que puede impedir tu motivación para continuar. Intenta cambiar tus entrenamientos a menudo para mantener la emoción.
Aquí tienes algunas ideas:
- Si te gusta el senderismo, encuentra nuevos senderos que nunca hayas explorado.
- Transmite un entrenamiento que no hayas hecho nunca, como la danza o el pilates.
- Si te gusta correr, cambia de lugar. Salga a correr por un sendero de la playa, por ejemplo.
#6 Deshacerse de los obstáculos
No dejes que obstáculos tontos y evitables se interpongan en tu rutina de ejercicios. He aquí algunos obstáculos para los que debería planificar de antemano:
- Asegúrate de que tu teléfono está completamente cargado, para que tengas música que escuchar.
- Ten una lista de reproducción de música descargada almacenada en tu teléfono en caso de que el acceso al wifi o a los datos sea débil.
- Pon tu teléfono en modo avión, para que no te interrumpan los correos electrónicos del trabajo u otras distracciones.
- Asegúrate de tener una botella de agua llena.
- Deja un par de ropa de entrenamiento adicional en tu coche o en la oficina por si te olvidas de la tuya.
- Guarda las tiritas en una riñonera o en el coche por si te salen ampollas.
#7 Tener un “por qué” claro
Los estudios demuestran que los viajes de transformación tienen mucho más éxito cuando él o ella saben por qué lo están haciendo. ¿Sabes cuál es tu verdadera razón para querer hacer del ejercicio un hábito inquebrantable? Si no, tómate un tiempo para escribirlo. Aquí tienes algunas ideas, si estás atascado:
- Quiero estar más sano y vivir más tiempo para mi familia.
- Quiero sentirme más feliz y positivo en mi vida.
- Quiero superar la depresión y la ansiedad.
- Quiero tener confianza en mi cuerpo y aumentar mi autoestima.
Sea cual sea el motivo, hazlo significativo y personal. Cuando conozcas tu “por qué”, será menos probable que quieras rendirte.
#8 Responsabilícese de sus actos
Si le dices a tu amigo que has quedado con él para hacer ejercicio, lo más probable es que no vayas a fallar. Eso es porque no querrías arriesgarte a decepcionar o irritar a tu amigo.
Todo esto se basa en la responsabilidad: busca formas de rendir cuentas, ya sea haciendo ejercicio con un compañero, comprando un monitor de actividad o abriendo una cuenta de Instagram de fitness en la que registres y compartas tus progresos con los demás.
#9 Ponerlo en el calendario
Programe sus entrenamientos para que nunca tenga la excusa de “hoy no he tenido tiempo”. Pon una alerta en tu teléfono para que no se te olvide.
Si cree que no tiene tiempo para hacer ejercicio, intente controlar su agenda durante una semana y vea dónde encuentra huecos de 30 minutos de tiempo libre. Si tienes 30 minutos para Riverdale, ¡tienes 30 minutos para hacer sentadillas!
#10 Tirar el dinero al problema
Si realmente te cuesta mantener una práctica de ejercicio consistente y tienes los recursos para hacerlo, echa un poco de dinero al problema. Si has pagado por un entrenador, un programa o una membresía, lo más probable es que no quieras ver tu dinero desperdiciado.
Prueba este pequeño truco: haz un plan con un amigo. Diles cuántas veces a la semana quieres hacer ejercicio y que enviarás una foto tuya haciendo dicho ejercicio cada vez. Si faltas un día, les enviarás 5 dólares (o alguna otra cantidad acordada y manejable) que pueden enviar a una organización benéfica. Pruebe esto y seguro que va a ir al gimnasio.
¡Empieza hoy mismo!
¿A qué esperas? Ahora que sabes cómo hacer del ejercicio un hábito inquebrantable, no hay excusas. Empieza hoy mismo para convertirte en la mejor versión posible de ti.