Fitness

¿Crees que no puedes meditar? Por qué la meditación caminando es diferente

Camine hacia la serenidad.

By: Lexy Parsons

Si la idea de sentarse quieto y meditar te parece desalentadora, ten por seguro que no eres el único que se siente así. A pesar de los numerosos beneficios de la meditación avalados por la ciencia (como la mejora del sueño, la reducción del estrés y la mejora de la función inmunitaria, por nombrar sólo algunos), muchas personas luchan por encontrar una sensación de tranquilidad y confort en esta práctica de cuerpo y mente. Sin embargo, no toda meditación requiere quietud. Así que, si sentarte en silencio con tus pensamientos te parece una lucha, hay buenas noticias: puedes seguir disfrutando de todos los beneficios de la atención plena a través de prácticas más activas, como la meditación caminando.

A continuación, descubre qué es la meditación caminando, sus beneficios y cómo puedes empezar tu propio viaje de atención plena.

RELACIONADO:
Lo que hay que saber sobre caminar para ponerse en forma

¿Qué es la meditación caminando?

Tal y como suena, la meditación caminando es una forma de meditación móvil y en movimiento que ofrece una alternativa a la atención plena para quienes sienten que no pueden meditar en el sentido tradicional. A diferencia de la meditación sentada, que requiere quietud y silencio, la meditación caminando aprovecha el movimiento del cuerpo como medio para cultivar la atención plena. Puede practicarse prácticamente en cualquier lugar, como en un parque, en la playa, en un vecindario o, en realidad, en cualquier entorno que te aporte paz y comodidad.

Y aunque no hay una “forma correcta” de realizar una meditación caminando, la clave está en mantener la atención plena en cada paso. Por ejemplo, dirigiendo la atención al ritmo de la respiración, percibiendo las sensaciones corporales, prestando atención al entorno, conectando con la naturaleza y, en general, simplemente estando plenamente presente en el acto de caminar.

¿La mejor parte? Involucrar los sentidos y sumergirse en el entorno natural no sólo permite cultivar la quietud interior, sino también profundizar en la conexión con el mundo exterior y abrazar el momento presente.

Los beneficios de la meditación caminando

Apoyada por la investigación por sus muchos efectos positivos sobre el bienestar mental, emocional y físico, aquí están algunos de los beneficios respaldados por la ciencia de la meditación caminando:

#1 Reducción del estrés

Al igual que la meditación tradicional, se ha demostrado que la meditación caminando
reducir el cortisol
y favorecen la sensación de calma y relajación. Además, la integración de la respiración y el movimiento crea una sinergia armoniosa que ayuda a calmar la mente y promover una sensación de calma interior. Según las investigaciones, se ha demostrado que esto calma los pensamientos ansiosos y mejora el bienestar mental general.

#2 Mejora del sueño

¿Quieres dormir mejor? La meditación caminando puede ayudar. La meditación caminando puede ayudar a reducir los niveles de estrés, lo que puede ayudar a dormir mejor, y caminar, en general, también ha demostrado ser beneficioso para la calidad del sueño. Cuando se combinan ambos
la investigación
muestra que puede ayudar a mejorar el sueño.

#3 Mejora el estado de ánimo y el bienestar emocional

En lo que respecta al bienestar mental y emocional, se ha descubierto que la meditación caminando
mejorar el estado de ánimo
y aumenta las emociones positivas gracias a las
endorfinas
liberadas durante el movimiento.

Además, ayuda a facilitar una conexión más profunda entre la mente y el cuerpo. Simplemente sintonizando con tu cuerpo y concentrándote en las sensaciones de caminar, la investigación muestra una mayor conexión mente-cuerpo con cosas como el aumento de autoconciencia y apreciación del cuerpo.

RELACIONADOS:
Combinar mindfulness con ejercicio: Lo que hay que saber

#4 Aumento de la salud cardiovascular

Hablando de movimiento, como forma de actividad física, la meditación caminando ofrece los beneficios del ejercicio, incluyendo
mejora de la salud cardiovascular
. Este ejercicio aeróbico suave ayuda a fortalecer el corazón y a mejorar su eficacia con el tiempo, donde es se ha demostrado que estimula la circulación, reduce la inflamación y disminuye la hipertensión y el colesterol.

#5 Mejora del sueño y la energía

Practicar la meditación caminando, especialmente
se realiza en la naturaleza
se ha demostrado que influye positivamente en el sueño. La combinación de movimiento, atención plena y exposición a la naturaleza (con cosas como el aire fresco y la luz del sol) crea un efecto calmante en el sistema nervioso, ayudando a promover la relajación, y contribuir a un sueño más reparador. Como resultado, ayuda a
mejorar la energía
¡!

Cómo empezar a meditar caminando

Lo mejor de todo es que empezar a meditar caminando es muy sencillo.

Paso nº 1 Encontrar una ubicación: Para empezar, elige un lugar. Lo ideal es que busques un entorno tranquilo donde puedas caminar sin distracciones. Puede ser un parque cercano, un sendero natural o incluso una ruta de senderismo de tu barrio.

Paso nº 2 Ponte cómodo: Asegúrese de llevar calzado y ropa cómodos para caminar. Y si va a dar un paseo por la naturaleza, no olvide el protector solar.

Paso #3 Establezca su intención: Antes de empezar, ponte en sintonía con tu cuerpo y dedica un momento a establecer tu intención para la práctica. Tal vez respire hondo unas cuantas veces para cultivar la calma, aumente la atención plena con un rápido escáner corporal o simplemente encuentre un momento de quietud.

Paso nº 4 Empiece a caminar con atención: Comienza tu meditación caminando a un ritmo lento y cómodo. A cada paso, concentra tu atención en las sensaciones físicas de la marcha: el movimiento de los pies, el desplazamiento del peso, la contracción de los músculos, el balanceo de los brazos o el contacto con el suelo. Mantente presente en cada paso, dejando ir cualquier pensamiento o distracción que surja.

Paso nº 5 Active sus sentidos: Mientras caminas, involucra plenamente todos tus sentidos. Fíjate en los sonidos que te rodean (como el soplo del viento o el piar de los pájaros), la sensación de la brisa o el sol en tu piel, las vistas de la naturaleza y tu entorno (fíjate en cosas como las flores, las nubes, los árboles y las sombras) y los olores, como la hierba recién cortada o el aroma de las flores fragantes. Respira y sumérgete en el momento presente.

Paso nº 6 Mantener la atención y la conciencia: Continúa controlando tu mente y tu cuerpo. Si tu mente empieza a divagar, vuelve a centrarte en el acto de caminar. Y recuerda ser paciente contigo mismo: acepta cualquier pensamiento o emoción que surja sin juzgarlo.

Paso nº 7 Complete su paseo: Al final de la caminata, tómate unos minutos para estar en contacto con tu cuerpo. Observa cómo te sientes ahora en comparación con cuando empezaste la meditación caminando. Reflexiona sobre los cambios que se hayan producido en tu mente o en tu cuerpo y dedica un momento a expresar tu gratitud y a reconocer los beneficios que te ha aportado esta práctica.

Integre la atención plena y el movimiento en su vida diaria

Si alguna vez has sentido que la meditación tradicional no es para ti, la meditación caminando puede ser la alternativa perfecta. Reconociendo la incomodidad que puede surgir al sentarse quieto, esta práctica fácil de implementar y accesible aprovecha el poder del movimiento para cultivar una sensación de calma y claridad.

Como en cualquier práctica, la constancia es clave para cosechar todos los beneficios de la meditación caminando. Dedícale un tiempo cada día o cada semana hasta que se convierta en parte de tu rutina.