¿Sus niveles de estrés crónico están haciendo descarrilar su salud digestiva y provocando una absorción de nutrientes que no es óptima? El estrés es algo con lo que todos lidiamos, pero si no lo gestionamos adecuadamente, corremos el riesgo de sabotear nuestra salud. Desde la mala función digestiva hasta la inflamación, el estrés puede ser la causa de todo.
Vamos a hablar de la conexión entre el estrés crónico y la mala digestión, y de algunos consejos que puedes utilizar para controlar el estrés cuanto antes.
Cómo afecta el estrés a la digestión y la absorción de nutrientes
Si alguna vez ha experimentado “mariposas” cuando se siente estresado o ansioso, entonces ha experimentado cómo el estrés afecta a la digestión.
El estrés es conocido por afectar a la comunicación entre el intestino y el cerebro. Las investigaciones demuestran que el intestino y el cerebro están en constante comunicación entre sí y que el estrés puede interferir en esta comunicación cerebro-intestino, conocida como eje intestino-cerebro. Esto puede provocar síntomas como hinchazón y molestias digestivas.
También se ha descubierto que el estrés afecta a las bacterias intestinales, y un desequilibrio de éstas puede afectar negativamente a nuestra salud física y mental.
El estrés también puede afectar a la rapidez o lentitud con la que los alimentos se mueven por el tracto digestivo, lo que puede provocar una de estas dos cosas: estreñimiento o diarrea. En última instancia, el efecto que el estrés crónico tiene sobre nuestra digestión puede afectar también a los nutrientes que absorbemos.
Cuando hay estrés crónico, suele haber problemas digestivos, y dejar que se prolonguen demasiado no es bueno.
¿La buena noticia? Todos tenemos el poder de gestionar nuestro estrés, aunque sea un poco mejor cada día.
Compartimos siete trucos que facilitan la gestión del estrés, incluidos algunos consejos que pueden mejorar directamente la salud de su intestino.
Controle el estrés con estos siete consejos
#1 Meditar durante un minuto al día
Espera, ¿sólo un minuto? Sí, te retamos a que hagas una pausa y te tomes un minuto para meditar cada día. Aunque todos hemos oído hablar de lo increíble que puede ser la meditación para controlar el estrés, intentar incluir una práctica de meditación de diez minutos en nuestro día a día puede parecer imposible.
En su lugar, céntrate en un minuto. Esto no sólo hará que el acto de la meditación parezca mucho menos desalentador, sino que realmente encontrarás el tiempo para hacerlo.
Y, una vez que encuentres tiempo para un minuto, encontrarás el tiempo para dos. Antes de que te des cuenta, estarás incorporando cinco minutos de feliz meditación a tu día, y aprendiendo a utilizar esta herramienta como una poderosa forma de controlar el estrés.
#2 Nutre tu cuerpo con un alimento que estimula el intestino al día
Ahora que sabes que existe una gran conexión entre el estrés crónico y la mala salud intestinal, esfuérzate por añadir a tu dieta un solo alimento que estimule el intestino cada día. Esto no sólo ayudará a mejorar la salud del intestino, sino que comer limpio es una forma increíble de demostrarte a ti mismo algo de amor.
Algunos de los mejores alimentos para estimular el intestino son:
- Chucrut
- Kimchi
- Miso
- Kombucha
- Yogur de leche de coco sin azúcar
#3 Califica tu estrés
Deténgase y piense en cuál es su nivel de estrés actual en una escala del 1 al 10. ¿Ha alcanzado su máximo, o sus niveles de estrés están hoy en día en el lado más bajo? Detenerse realmente y pensar en cuál es su nivel de estrés es una gran manera intencional de pensar en lo que necesita para bajar sus niveles de estrés.
Si estás en un diez, ¿qué puedes hacer para bajarlo a un siete?
Utilizar esto como herramienta para gestionar el estrés puede ser lo que finalmente haga que empieces a priorizar el autocuidado.
#4 Risa
La risa es realmente la mejor medicina. Las investigaciones demuestran que la risa ayuda a calmar la respuesta del cuerpo al estrés, a la vez que reduce el ritmo cardíaco y la presión arterial.
Así que haz algo que te alegre y te haga reír cada día: te hará mucho bien.
#5 Utilizar la visualización cuando sea necesario
Imagínate tus vacaciones definitivas cuando las cosas del día se pongan feas. Tomarse unas vacaciones visuales puede ayudarle a controlar el estrés más de lo que cree. ¿Por qué? Porque mientras el caos continúa a tu alrededor, te permitirás volver a centrarte, aunque sea por un momento o dos.
#6 Desaceleración
Es hora de que todos bajemos el ritmo y olamos las rosas. Todos estamos atrapados en la carrera de ratas del día a día y es demasiado fácil sentirse abrumado y estresado.
Cuando sientas que tus niveles de estrés alcanzan el nivel diez, baja el ritmo y sé consciente por un momento. Respira mientras observas tu entorno. Simplemente, aprovecha el momento, no importa dónde estés.
Practicar esto a diario es una forma increíble de añadir la atención plena a tu día a día, que es otra gran forma de frenar el estrés y ayudarte a sentirte más centrado.
#7 Muévete a diario
Nos encanta una buena sesión diaria de sudor. No sólo hace bien al cuerpo, sino también a la mente. Se ha comprobado que el ejercicio regular alivia el estrés, los síntomas de la depresión e incluso ayuda a potenciar la función cognitiva.
Ponte como objetivo incorporar algo de movimiento a tu día, aunque sólo sean diez minutos. Lo prometemos, ¡nadie se arrepiente de un entrenamiento!
Controle su estrés para optimizar su salud
Es muy fácil dejar que el estrés se descontrole. Desde los locos horarios de trabajo hasta la agitada conciliación de la vida laboral y familiar, el estrés se apodera de nosotros. Sin embargo, no hacer nada para controlar el estrés puede afectar a nuestra salud digestiva, a la absorción de nutrientes y a cómo nos sentimos en el día a día.
Utiliza estos trucos para controlar por fin tus niveles de estrés. Lo más probable es que descubras que no hace falta mucho para sentirte un poco menos agotado.
Cuando empezamos a ser intencionales sobre cómo manejamos nuestro estrés, se hace más fácil apoyar la salud y alcanzar nuestros objetivos de salud en general.
Esta es su invitación a hacer de la gestión del estrés una prioridad, a partir de hoy; su bienestar cuenta con ello.